Citar frases machistas o excluyentes sin parecer machista - Nerea Aguado Alonso
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Imagen de chica escribiendo con texto "Cómo citar frases machistas sin parecerlo"

Citar frases machistas o excluyentes sin parecer machista

No es la primera vez que me planteo cómo citar frases machistas o excluyentes sin parecer machista, pero el otro día le di forma a las opciones. “Quiero citar una frase célebre pero el sujeto está en masculino y yo quiero que incluya también a las mujeres, ¿qué hago?” Esto me preguntaba mi amiga Jazz, a quien tengo muchas ganas de leer. La frase era “Maestro no es quien enseña, sino quien inspira.” Su primera opción había sido añadir la barra y la “a” a la palabra “maestro” , quedando la frase así “Maestro/a no es quien enseña, sino quien inspira.” Le expliqué los problemas que da la barra para diferentes tipos de accesibilidad como es  el caso de programas lectores de texto o para personas con discapacidad. Y como yo entendí que buscaba una alternativa, empecé a proponerle “traducciones” en lenguaje inclusivo. Pero esta vez mi amiga no buscaba una manera no sexista de expresar una idea, sino una manera de incluir una cita de manera literal sin quedar ella como machista.

 

CÓMO CITAR FRASES MACHISTAS SIN PARECER MACHISTA

Imagen de chica escribiendo con texto "Cómo citar frases machistas sin parecerlo"

Y aquí fue cuando le llegó el audio largo a su respuesta y le di estas alternativas y argumentos.

 

La comunicación nos muestra como somos.

 

Si quien dijo la frase utilizaba el masculino siempre o no tenía en cuenta a las mujeres en su realidad o en igualdad, evidentemente su manera de expresarse refleja su manera pensar o su contexto. Cuando doy talleres de lenguaje inclusivo algunas personas (cada vez menos) me argumentan que es una tontería y que no van a utilizarlo. Yo les contesto que se lo agradezco, porque así para el resto es más fácil detectar su manera de pensar y yo me ahorro tiempo debatiendo con personas que no creen en la igualdad entre hombres y mujeres. Con las citas textuales es lo mismo, puede que sean de hace tiempo y sean fruto del contexto y educación, puede que sean recientes y muestren claramente una orientación ideológica, pero desde luego, en ambos casos nos están dando pistas de cómo eran quien la enunció y su contexto.

 

Aviso previo al texto.

 

El otro día me llegó un comunicado de la UNED todo él en masculino excluyente que explicaba al principio que ese masculino se refería a todas las personas. Lo decía al final y no me sentó muy bien, está claro que es una estrategia para limpiar un poco la imagen sin cambiar nada.

Puedes utilizar la misma estrategia que llevan usando siglos para convencernos de que el masculino es lo único que nos agrupa y utilizar el femenino diciendo que es genérico, incluyente o, como propongo en este artículo, especificando que tú te refieres a personas. Puedes avisar antes de tu texto de que vas a cambiar la literalidad de las frases que no cumplan esta norma o que serán la excepción.

A mí me gusta cómo lo introduce la tremenda Brigitte Vasallo en su libro también tremendo libro  “Pensamiento monógamo. Terror poliamoroso” del cual cito unos trocitos:

Portada libro "Pensamiento monógamo, terror poliamoroso"

Este libro está escrito en femenino. Uso, más concretamente, el femenino genérico y el masculino intencional, el masculino como excepcionalidad, por una vez. (…) Por último, también escribo en femenino por una cuestión política. Como decía Heidegger, no hablamos el lenguaje, sino que él nos habla. El debate sobre el masculino como género neutro pertenece a un mundo agónico sin fututo posible. Un mundo que muere matando, pero que muere. Si es masculino, no es neutro. Es masculino. (…) Si ese mundo ya no existe, no podemos seguir narrándolo como si existiese. (…) Por lo demás, el femenino de este libro no es genérico: es honorífico.

 

Me encanta el concepto de “femenino honorífico” y pienso usarlo mucho.

 

Eugenia V. Tenenbaum en su perfil de Instagram  también avisa de que va a usar el Plural Femenino en sus publicaciones. Cito aquí algunos de sus argumentos:

  • Neutralizar el lenguaje es obviar el problema: lo femenino sigue estigmatizado y designar en femenino ofende más que designar desde la neutralidad.

 

  • Me plantearé utilizar el neutro cuando los hombres no se ofendan al ser nombrados en femenino y aprendan a sentirse tan incluidos con el plural femenino como lo hemos nosotras con el plural masculino.

 

  • Nombrar es visibilizar, y visibilizar es hacer patente lo existente.

 

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Decía Celia Amorós que conceptualizar es politizar. Nombrar empleando el lenguaje también lo es, porque el lenguaje es político. Precisamente por eso, cuando fui consciente de la invisibilización sistemática de la mujer y también de lo femenino tanto en la realidad tangible como a través del lenguaje decidí que, para mí, lo plural iba a ser femenino y no masculino, defendiendo lo neutro en el plano de lo individual cuando la persona lo requiriese. Las mujeres hemos aprendido a hacer propio lo ajeno, a que nuestra pluralidad sea masculina, nuestro género repudiado y hemos abrazado la asimilación de un plural que en términos tácitos no representa ni a la mitad de la población mundial sin rechistar. Esto no sería tan grave si pluralizar en femenino no constituyese una ofensa para los hombres o algo aparentemente innecesario para tantas mujeres. Es necesario. Es necesario desestigmatizar lo femenino, retirar esa pátina misógina cuidadosamente aplicada sobre el concepto durante siglos y reinventar el imaginario colectivo hasta que lo masculino no sea equivalente a positivo o bueno ni lo femenino a negativo o malo. Será justo en ese momento cuando yo también abrace el plural neutro: cuando la neutralidad a la que referencia su propio nombre haya sido alcanzada, no esquivada ni ignorada.

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Os recomiendo mucho seguir a Eugenia si os interesa el arte y la historia del arte con perspectiva de género (y otros temas feministas en general), es una grandísima divulgadora y viene fuerte.

 

Hazlo visual

 

Tras comentar con mi amiga Jazz que iba a escribir este artículo, ella misma me envió esta opción: tachar el masculino excluyente y escribirlo en inclusivo.

Fue ella quien me remitió a esta ilustración de Lola Vendetta, donde tacha el primer masculino (el segundo se le escapa, algo muy habitual con la palabra “todos”).

 

Esta opción me parece muy visual y útil cuando se quiere criticar o hacer nuestra la frase, pero no siempre tenemos la opción de incluir tanto contenido visual o no queremos hacerlo y tachar y reescribir no siempre queda tan bonito en textos escritos.

 

Citas alternativas

 

Si mi amiga Jazz no quería que su texto se asociara con valores no igualitarios, le recomendaba buscar frases célebres de autoras con las que se sintiera identificada. Seguramente también estarían en masculino, sobre todo si provenían de siglos anteriores al XXI, pero el hecho de visibilizar a mujeres ya está marcando una diferencia.

Esta última es mi opción favorita por varios motivos:

  • Nos motiva a investigar, a consultar fuentes, a generar búsquedas y entradas en las páginas de internet, a conocer a más referentes y conocerlas mejor.

 

  • Visibiliza, fomenta que otras personas conozcan a esas referentes a las que hemos llegado.

 

  • Da nuevos puntos de vista. Lo normal es que ser reproduzca y se cite más lo que más se cita y ahí entramos en un círculo vicioso donde no salimos de cuatro nombres o cuatro obras. Si ofreces nuevo material, ofrecemos también maneras de pensar y de representar la realidad alternativas.

 

También me gustó mucho la reflexión final de Jazz: “Que cada una, en función de sus intereses, capacidades y entorno vamos poniendo nuestras piedritas en el camino por la igualdad. Hay que interiorizarlo y ya sólo planteárselo es una manera de avanzar.”

 

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